El péndulo




Los objetos que uso para las obras  siempre tienen relación con alguna experiencia personal, en donde la pasé bien, por más mínimo que haya sido ese momento. O sea que son objetos que tienen una carga afectiva. No me interese que este mecanismo de selección se perciba en la obra, pero lo que sí creo que sucede, o al menos me gusta pensar, es que el espectador pueda tener empatía con esos objetos, intuir que me gustan, que estoy encariñados con ellos y que él también puede sentir alguna atracción. 


"El péndulo" tardó varios meses en madurar, hasta poder encontrarle el formato final.  Lo primero que hice fue atar con una tanza la plomada que me habían regalado, después de unos días pensé que estaría bueno que tuviese un objeto en el piso que ayudara a armar el espacio entre la pesa y el piso, para ello tuve que elevar la situación de piso, eso lo hacía más íntimo y exigía acercarse, entonces, en una base blanca apoyé una cuerda de guitarra eléctrica, evocando a la música, generando un tiempo sonoro. Esa cuerda es la memoria del  oscilar del péndulo. Después una maderita roja, de un juego para niños, ayuda a generar más tensión entre las distancias, luego apoye otra partecita de la guitarra y una mini-pelotita de básquet para acentuar el cambio de escala. Entonces, así, el péndulo y los objetos tenían la relación justa para poder lograr esa intuición de movimiento que buscaba.
Por último, la base y la cúpula. Para ellas tenía varias premisas, uno era que la  base no tuviese peso, que fuera la estructura justa, blanda, mínima, para soportar física y visualmente la parte superior; no tenía que quitarle protagonismo al péndulo y sus amigos. La cúpula, de vidrio, la decidí viendo una retrospectiva de Vantongerloo, donde metían las obras dentro de cúpulas. O sea que las obras de un genio del arte cinético, tenían un carácter de pieza histórica, por la forma en que se mostraba. Y esa relación con la historia, el paso del tiempo y la obra, es la que me interesa.

"El péndulo" es la  posibilidad de armar un camino, simple con pocas cosas. Moverme y sentir peso y liviandad a la vez. Como la tensión de una cuerda, o la posibilidad de ser tensada.